Comer se esta convirtiendo en un acto de responsabilidad medioambiental. Esta cuestión esta haciendo entender la gastronomía y la restauración de otra manera.
Cada vez se valora más que los restaurantes sean sostenibles. Los restaurantes respetuoso con el entorno natural, que cuidan el origen de los alimentos, reciclan y separan los residuos, ahorran energía y valoran a sus trabajadores, cada vez tiene más demanda.
No hay sellos oficiales que certifiquen que un restaurante es sostenible. De momento solo sellos como Ecocook, Bcorp o Biosphere son los único que pueden asegurarnos de que el restaurante está comprometido con las buenas prácticas.
Los restaurantes sostenibles se ha convertido en toda una tendencia que seguirá en aumento.
En este post seguimos con algunos consejos para que un restaurante sea sostenible.
Ahorrar agua
El agua es una fuente de gasto y un recurso muy usado en hostelería. Para evitar el derroche de agua hay que realizar un estricto mantenimiento de los equipos, auditorías y mejoras en los sistemas de gestión.
Algunos ejemplos serían utilizar sistemas que minimizan el gasto en cadenas de los inodoros, cafeteras, lavavajillas, riego o instalar grifos con sensores de movimiento. Otro buen ejemplo de equipamiento que permite un gran ahorro de agua serían los tanques desengrasantes.
Algunos de estos restaurantes sostenibles también optan por la implantación de nuevos sistemas de reciclaje de agua o recogida de agua de lluvia.
Usar productos ecológicos y locales
Cada vez son más los comensales que demandan productos locales siempre y cuando estos contribuyan a mejorar la economía del lugar y no supongan una amenaza para el medio ambiente.
Los restaurantes sostenibles basan su carta en alimentos ecológicos de procedencia local. Estos productos locales contribuyen a mejorar la economía del lugar y no suponen una amenaza para el medio ambiente. Se trata de cumplir las llamadas reglas “FLOSS”: Fresco, Local, Orgánico, Estacional y Sostenible.
Donar los alimentos sobrantes
En España se calcula que cada establecimiento tira una media de 3.000 kilos de comida al año.
Donar esta comida sobrante y contribuir al consumo de la localidad, se puede realizar a través de alianzas con empresas y asociaciones que distribuyen estos sobrantes.
Muchos establecimientos también optan por servir las cantidades según el consumo real de los clientes. Así también se reducen los desperdicios y se cocina lo justo.