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Una inspección de sanidad implica tensiones y nerviosismo para cualquier restaurante y bar. No es para menos, un informe negativo pueden llegar hasta el cierre temporal del establecimiento.
La inspección de sanidad es una medida regulatoria necesaria. El estado debe velar por la salud de los ciudadanos, y asegurar que los restaurantes y demás locales vinculados a la alimentación cumplan con la normativa vigente.
No hay plazos ni fechas establecidas para la llegada del inspector de sanidad al establecimiento. Aparecen sin aviso previo.
Aquí dejamos una serie de consejos prácticos generales que reducen el riesgo de sanción para el hostelero ante una inspección de sanidad.
Aspectos a tener en cuenta en la sanidad del establecimiento de hostelería.
Higiene de las instalaciones y del equipamiento del establecimiento.
La cocina, el salón comedor, los depósitos, la terraza, los baños, todo debe estar limpio y desinfectado. Esta higiene incluye paredes, techos, suelos, rincones, mobiliario, elementos de decoración y todos los utensilios.
En las cocinas industriales, hay un importante número de pautas higiénicas que el inspector debe comprobar. Es importante que evitéis la contaminación cruzada y mantengáis la limpieza en las superficies de trabajo y todos los utensilios de cocina que se emplean. Nuestros tanques desengrasantes son una gran ayuda en la tarea de limpieza de todos esos utensilios, bandejas y filtros que se emplean cada día.
Formación del personal en materia de higiene y de manipulación de alimentos.
Los empleados deben tener el carnet que habilita a manipular alimentos. El inspector suele interaccionar con los empleados para conocer si están preparados para la función que desempeñan. Comprobará si realmente saben cómo deben trabajar para garantizar la seguridad, la salud y la higiene del restaurante.
Conservación de los alimentos, cadena de frío, calidad del agua.
Son aspectos fundamentales en la inspección. La cocina, el almacén, el comedor, los baños, todos los espacios requieren de cuidados. El inspector controlará además también diferentes parámetros sobre el agua.
Con frecuencia los inspectores en sus visitas se encuentran con algunos problemas frecuentes como estos:
- Diseño incorrecto de las salas, favoreciendo a menudo la contaminación cruzada entre alimentos crudos y elaborados.
- Materiales constructivos, que no favorecen la limpieza y la desinfección.
- Falta de seguridad en los accesos y alrededores no adecuados con basuras y desperdicios.
- Falta de equipos de monitorización de procesos, cuando el APPCC lo considere.
- Almacenes insuficientes o en malas condiciones de conservación.
- Incorrecta disposición de la maquinaria.
- Prácticas de limpieza y desinfección erróneas en el procesado de los alimentos.
- Hábitos incorrectos al manipular los alimentos.
- Malas prácticas de almacenamiento de los productos.
- Insuficiente formación del personal manipulador.
- Sistemas de trazabilidad incorrectos.
- Deficiente gestión de alérgenos.